1 - Debido a la transición demográfica España destinará un 15% del PIB en el 2060 a las pensiones (ahora dedica un 8-10%)
El hecho de que el porcentaje de gasto en pensiones públicas alcanzará el 15,1% en el 2060 se considera una noticia alarmante que requiere una intervención ahora, disminuyendo los beneficios de los pensionistas
2 - La esperanza de vida ha aumentado 4 años desde 1990
Antes de seguir, hagamos un poco de memoria de hemeroteca sobre esta historia interminable
El aumento de la esperanza de vida ‘obliga’ a Italia a recortar las pensiones de jubilación
@Darío Menor. Roma.- 28/11/2009
Fuente; El confidencial
PSOE 16 años antes… NOTICIA DE EL País: 01/12/1995
“La esperanza de vida pasará de 76 años a 86 en el 2010” Extracto de la noticia:
“El ministro José Antonio Griñán aprovechó esos datos para devolver las críticas a quienes han censurado el Pacto de Toledo y a quienes vaticinan la quiebra del sistema público para el año 2015 o 2020. Qué fundamentos científicos hay detrás, afirmó, "¿qué estudios demográficos? El aumento de la esperanza de vida y de la tasa de envejecimiento están ahí pero no provocarán ninguna catástrofe. El factor demográfico supone un 20% del aumento del gastó de aquí al 2020, el restante 80% se debe a factores económicos que se pueden corregir”...
PSO€ hoy…. El desequilibrio de las cuentas públicas (El País)
Extracto de la noticia:
“Preguntado por estos cambios, Celestino Corbacho, eludió ayer precisar la edad a la que se retrasaría la jubilación.Aún así, explicó que la reforma que hoy debatirá el Consejo de Ministros pretende garantizar el sistema de pensiones más allá de 2030”…
1er Error
Debido a la transición demográfica España destinará un 15% del PIB en 2060 a las pensiones( ahora dedica un 8%)
Tal argumento indica que el porcentaje del PIB en pensiones subirá de un 8,4% en el año 2007 a un 15,1% del PIB en el año 2060, un porcentaje que estos informes señalan como excesivo, pues la sociedad en el año 2060 no podrá absorber tales gastos pues restarán recursos necesarios para otras actividades, programas o servicios a la población no pensionista. El hecho de que el porcentaje de gasto en pensiones públicas alcanzará el 15,1% en el 2060 se considera una noticia alarmante que requiere una intervención ahora, disminuyendo los beneficios de los pensionistas.
- En este argumento se ignora el impacto del crecimiento de la productividad sobre el PIB del año 2060.
- Supongamos que el crecimiento anual de la productividad es un 1,5%, un crecimiento que incluso el Banco de España admite como razonable. En este caso, el valor del PIB español será 2,23 veces mayor que el PIB del año 2007.
- Ello quiere decir que si consideramos el valor del PIB del año 2007 como 100, el del año 2060 será de 223.
- Pues bien, el número de recursos para los no pensionistas en el año 2007 fue de 100 menos 8,4 (8,4 es la cantidad que nos gastamos aquel año en pensionistas), es decir, 91,6. En el año 2060 los recursos a los pensionistas serán el 15,1% de 223, es decir 33, y para los no pensionistas será 223 menos 33, es decir, 192, una cantidad que es más del doble de la existente en el año 2007, 91,6.
- Debido al crecimiento de la productividad, en el año 2060 habrá más recursos para los no pensionistas que hoy, y ello a pesar de que el porcentaje del PIB dedicado a pensiones es superior en el año 2060 que en el 2007.
Los que alarman innecesariamente a la población olvidan un hecho muy elemental. Hace cincuenta años, España dedicaba a las pensiones sólo un 3% del PIB. Hoy es un 8%, más del doble que cincuenta años atrás.
Y la sociedad tiene muchos más fondos para los no pensionistas de los que había entonces, aún cuando el porcentaje del PIB en pensiones sea mucho mayor ahora que entonces. Por cierto, ya hace cincuenta años, cuando España se gastaba un 3% del PIB en pensiones, había voces liberales que decían que en cincuenta años se doblaría o triplicaría tal porcentaje, arruinando el país.
Pues bien, estamos cincuenta años más tarde, y el país tiene más recursos para los no pensionistas que existían entonces, aún cuando el porcentaje del PIB dedicado a pensiones se ha doblado.
2º Error: Asumir que la esperanza de vida mide los años que una persona vive
Asumen erróneamente que el hecho de que la esperanza de vida promedio de España haya pasado de ser 76 años a 80 años en veinticinco años (1980-2005) quiere decir que el promedio español vive ahora cuatro años más. Ello no es cierto. Hay que saber qué quiere decir esperanza de vida y cómo se calcula:
¿Cómo se calcula la esperanza de vida?
Situación 1: España tiene dos ciudadanos, Pepito y Sra. García: Pepito vive 0 años, Sra. García 80. Esperanza de vida promedio 40
Situación 2: España tiene dos ciudadanos, Juanito y Sra. Perez: Juanito vive 20 años, Sra. Perez 80. Esperanza de vida promedio 50
Esto no quiere decir que Sra. Perez viva diez años más que Sra. García. ESPERANZA DE VIDA NO ES IGUAL A LONGEVIDAD
- Ello no quiere decir (como constantemente se malinterpreta este dato) que el ciudadano promedio de aquel país viva diez años más que en España: lo que el dato dice es que hay diez años de vida más en el promedio de aquel colectivo de dos personas sin clarificar que ello se deba a que la Sra. Pérez viva diez años más que la Sra. García (lo cual no es cierto), o que sea Juanito el que vive veinte años más que Pepito.
- Todos los documentos que favorecen la reducción de las pensiones concluyen que la Sra. García vive diez años más, lo cual no es así.
- Lo que ha estado ocurriendo en España (y en Europa) es que la mortalidad infantil ha ido disminuyendo de una manera muy marcada, con lo cual la esperanza de vida ha ido aumentando, pasando de 76 años a 80 años.
- Ello no quiere decir, como habitualmente se asume, que el ciudadano español medio viva cuatro años más ahora que hace veinticinco años. La mortalidad por cada grupo etario ha ido descendiendo (incluyendo entre los ancianos), pero los años de vida que el ciudadano medio vive ahora no es de cuatro años más que en 1980.
- Calcular las pensiones en base a esta lectura errónea de los datos penaliza a la población pues asume que la gente vive más años de lo que en realidad vive.
Las diferencias en longevidad por clase social son enormes. Así, la diferencia en los años de vida existente entre una persona perteneciente al sector de renta más baja del país (los más pobres) y al sector superior (los más ricos) en España es nada menos que de diez años (ha leído bien, diez años).
En EE.UU. son quince y en el promedio de los países de la UE-15 son siete. Estas diferencias en longevidad se deben a que el nivel de salud de la población depende, sobre todo, de la clase social a la cual se pertenece. Un trabajador no cualificado (en paro frecuente durante más de cinco años) tiene, a los sesenta años, el nivel de salud que un banquero tiene a los setenta años.
Este último sobrevivirá al primero diez años. Es profundamente injusto pedirle al primero que continúe trabajando dos (y algunos piden cinco) años más para pagar las pensiones del segundo que le sobrevivirá diez años.
Retrasar la edad de jubilación a toda la población trabajadora sin más, es una medida que perjudica a las clases populares para beneficiar a las clases de mayores rentas que viven más años.
Proyecciones demográficas
Una de las proyecciones más utilizadas es la de la evolución de la pirámide demográfica, indicando que el porcentaje de ancianos está creciendo muy rápidamente, y el de los jóvenes está bajando muy sustancialmente, ignorando que, en aquellos países que financian las pensiones a base de cotizaciones sociales como es el caso español, el punto clave no es el número de jóvenes y adultos por anciano, sino el número de cotizantes y la cantidad de cada cotización por beneficiario.
Y tanto el uno como el otro están subiendo, el primero como consecuencia de la integración de la mujer al mercado de trabajo (si España tuviera la tasa de participación de la mujer en el mercado de trabajo que tiene Suecia, habría tres millones más de cotizantes a la seguridad social), y el segundo como consecuencia del aumento de la productividad y de los salarios
Es más, toda la evidencia muestra que las familias españolas desearían tener más hijos (dos por familia) que los que tienen ahora. El desarrollo de la sociedad y de los servicios de ayuda a las familias, como escuelas de infancia y servicios domiciliarios, permitiría el incremento de la fecundidad, una de las más bajas del mundo.
Hoy en Europa, los países nórdicos, con un amplio desarrollo del estado del bienestar, tienen una fecundidad mucho mayor que en el Sur de Europa.
Pero, ¿y si no hay crecimiento del PIB en muchos años?
Hay que darle la razón al Banco de España y a la Comisión Europea: si sigue aumentando el paro y la economía permanece largo tiempo postrada, como es muy probable, habrá un problema en la Seguridad Social.
Pero inmediatamente conviene afirmar que no cabe hablar de una crisis financiera de la Seguridad Social, sino, si la hubiera, de una crisis financiera del Estado, del cual la Seguridad Social es una parte.
El problema de la caja única
- Desde el Pacto de Toledo se impuso la división de fuentes, haciendo de la caja de la Seguridad Social un compartimiento estanco engañoso que no debe confundir: el Estado es único y hay que contemplar conjuntamente sus ingresos y sus gastos.
- Las pensiones pueden cubrirse con las cotizaciones, pero también con otros ingresos, incluso con impuestos progresivos, aunque esto fuera mucho pedir. En sentido contrario, las cotizaciones han cubierto en el pasado otros gastos del Estado como la sanidad pública, o ha ‘sostenido’ al régimen agrario deficitario.
- En realidad, sólo en 8 de los 27 países de la UE se financian exclusivamente las pensiones mediante cotizaciones.
- El objetivo de estas propuestas es reducir en el futuro los gastos en pensiones por la doble vía de disminuir el número de pensionistas, aumentando la edad de jubilación, y reducir el montante de cada pensión ampliando el número de años para determinar la base reguladora, de los 15 actuales hasta toda la vida laboral.
- No se indaga en el corazón del problema: que en este país hay muchas pensiones, millones, manifiestamente insuficientes, que el gasto en pensiones es considerablemente más bajo que en la media europea y que, en la peor de las previsiones, las pensiones requerirían a lo sumo el porcentaje del PIB que ya dedican a ellas otros países de la UE.
- Como media, el gasto en pensiones en los países de la UE es del 12% del PIB. En España no llega al 9%. Cabe complementar esta información con el hecho de que el gasto público total es inferior al 39% del PIB, mientras que en la Europa de los 15 es del 46%, una diferencia que se concentra sobre todo en los gastos sociales.
- Por otro lado, resulta de una inoportunidad extrema airear ahora este tema, en pleno huracán de la crisis económica: la inseguridad desatada agudizará la depresión y cabe preguntarse, con más de cuatro millones de parados, si lo que reclama la situación es prolongar la vida laboral o reducirla para dar encaje a los jóvenes desempleados.
La clase política es ajena a la reforma de las pensiones públicas que acaba de proponer el Gobierno. Mientras el gobierno quiere retrasar la edad de jubilación a los 67 y rebajar las pensiones, sus señorías disfrutan del privilegio de poder retirarse con la pensión máxima cotizando tan sólo siete años.
El camino esta muy claro, trabajar menos para trabajar todos y todas
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