Articulo inspirado en el movimiento Zapatista en México, especialmente en la historia del Otro jugador, en la que podemos encontrar ciertas similitudes entre el problema de discriminación que sufrían los indígenas en México y el problema de paro y precariedad que estamos sufriendo los jóvenes en la actualidad, por eso hacemos un llamamiento a esa Juventud sin futuro, sin curro, sin casa, sin pensión…Pero también SIN MIEDO, queremos recuperar nuestra capacidad para ser actores de un motor de cambio, combatiendo un país de precariedad, desempleo y privatización de nuestras vidas.
Un grupo de jugadores está inmerso en una importantísima partida de ajedrez de alto nivel. Un Joven se acerca y pregunta: ¿A qué están jugando? Nadie le contesta. El Joven se acerca al tablero, observa la posición de las piezas, el rostro grave y concentrado de los jugadores y la actitud curiosa de los que le rodean. Vuelve a hacer la pregunta: ¿A qué están jugando? Uno de los jugadores se molesta en contestarle: No podrías entenderlo. Es un juego para personas importantes y sabias.
El Joven se queda en silencio y continúa observando el tablero y los movimientos de los adversarios. Al cabo de cierto tiempo, se atreve a hacer una nueva pregunta: ¿Por qué juegan si no saben quién va a ganar? El mismo jugador que le había respondido antes le dice: No lo puedes entender, Es algo de especialistas, y va más allá de tu entendimiento. El Joven no dice nada, sigue mirando y después se va. Sin decir una palabra, se acerca a la mesa de juego y deja en mitad del tablero una vieja bota llena de barro, los jugadores se quedan desconcertados y le miran con furia. El Joven sonríe maliciosamente y pregunta: ¿MATE? Fin de la historia.
La clave se este cuento no es la vieja bota llena de barro que interrumpe y subvierte la partida de ajedrez mediática de los señores del poder y del dinero, y el juego de los que han hecho de la política un arte de la simulación y del engaño. Lo esencial está en la sonrisa del Joven, que demuestra que sabe algo muy importante, sabe que falta otro jugador en el tablero y ese jugador es ÉL. Pero sobretodo sabe que la partida no ha hecho más que empezar, es una partida que tenemos que construir porque si el presente es lucha el futuro es nuestro.
Nosotros los Jóvenes, no formamos parte del pasado, sino del futuro, porque se mira hacia atrás, pero se sueña hacia adelante. Nuestros pies continúan en el barro de la historia pero nuestra mente intuye un futuro por el que luchar.
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